lunes, 27 de mayo de 2013
Crisis del 29 y crisis actual
Crisis del 29:
La crisis se inició en la primera potencia económica mundial, EE.UU., y concretamente en la bolsa de Nueva York, en las que las cotizaciones se hundieron en los últimos días de octubre de 1929, de tal manera que en un mes perdieron un tercio de su valor. Este crash bursátil acabó con un periodo de especulación al alza en la que los inversores contraían créditos para adquirir acciones, confiados en que el alza de éstas compensaría con creces el interés de tales créditos. Ello condujo a una sobrevaloración de las acciones, cuya alza no guardaba proporción con los beneficios realmente obtenidos por las empresas.
Cuando finalmente la confianza se quebró y las acciones empezaron a bajar, los inversores no pudieron hacer frente a sus créditos y la crisis se trasladó al sistema bancario americano. La crisis bancaria tuvo efectos negativos en toda la economía, porque la contracción de los créditos puso en dificultades a las empresas y se tradujo también en un descenso del consumo. Se entró en una espiral de crisis, caracterizada por un fuerte descenso de los precios (especialmente los agrarios), la quiebra de empresas, la ruina de muchos agricultores y el aumento del desempleo.
El gran papel que los EEUU jugaban en la economía mundial hizo que en pocos meses la crisis se difundiera por otros países. Después de la primera guerra mundial los EEUU se habían convertido en grandes suministradores de capital a otros países y el mercado norteamericano era importante para las exportaciones de bastantes países. Los sistemas bancarios de Austria y Alemania fueron los primeros en verse gravemente afectados por la retirada de capitales norteamericanos y en verano de 1931 se produjeron varias quiebras.
Crisis actual:
La especulación al alza del suelo y de la vivienda en EEUU y Europa de estos últimos 10 años ha llevado a un amplio sector de la población a contraer grandes créditos para comprar viviendas sobrevaloradas, basándose en la confianza de que las viviendas siempre subirían de precio, y que todos tendrían empleo en los próximos 30 años para poder pagarlos.
Cuando en Agosto 2007 se produce la quiebra de bancos hipotecarios en EE.UU. debido a la falta de liquidez por la morosidad de las hipotecas de alto riesgo (subprime), caen las bolsas y los bancos centrales empiezan a inyectar liquidez a los mercados financieros. La confianza cae. Se produce una contracción del crédito y del consumo, llevando a la quiebra a pequeñas y medianas empresas y a importantes reducciones de plantillas en las grandes empresas. Aumenta de forma gradual el desempleo, que contribuye a elevar la morosidad de las hipotecas…
Las titularizaciones de las hipotecas de alto riesgo y su venta a entidades financieras de todo el planeta, genera una especie de pandemia subprime que contamina todo el sistema financiero.
La crisis de 1929 sacudió totalmente la confianza en la capacidad autorreguladora del mercado. Tras el fracaso del Estado liberal, que consideraba la economía como un ámbito casi exclusivo de la iniciativa privada, se pasó al Estado intervencionista, es decir se le dio al Estado el papel de controlar y regular la economía.
Los economistas liberales clásicos, entre ellos Smith y su “mano invisible”, concebían las crisis que periódicamente sacudían la economía como momentos de ajuste.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario